El sábado durante la
clase semanal seguimos hablando un poco más acerca del horóscopo chino, el
chino en cuestión fue El Dragón el cual es descrito como un animal imaginario,
irreal, de personalidad enigmática y poseedor de un gran carisma, de naturaleza
sabia, mágico, seductor y hasta manipulador algunas veces, reconozco que lo
describo más allá de que actualmente estamos viviendo en el año del Dragón, es
por la actual presencia de un Dragón, que me gusta mucho, en mi vida donde
dicho sea de paso he constatado algunas de sus características.
Para no perder la
costumbre la clase se parte en mil temas diferentes dentro de los cuales
empezamos a desvariar de una manera deliciosa, en uno de estos deslices
derivamos en la novela de Alliguieri La
Divina Comedia, una novela clásica que es obligatorio leer. En esta novela
Dante el escritor narra toda su experiencia al recorrer el infierno, el
purgatorio y el cielo. Durante todo su recorrido por el infierno y el purgatorio
va acompañado de un maestro poeta Virgilio, desde un principio se advierte que
cada uno está dividido en círculos y hay siete círculos, cada uno de ellos es
como una etapa que están pasando.
En el infierno Dante
narra los castigos que suceden en cada uno de los círculos en uno son azotados,
otros son quemados, personalmente mi parte favorita del libro es cuando Dante
ingresa al séptimo y último círculo del infierno donde él espera más fuego más
calor y en su lugar encuentra al demonio sentado en un trono riendo a
carcajadas y disfrutando de imponer torturas a quienes habitan ahí, mientras
mueve sus alas de manera lenta, sin embargo es con este lento movimiento que se
produce un frio tal que congela todo lo que ahí se encuentra, teniendo así el
séptimo círculo del infierno congelado.
Hace algunos años
mientras leía la novela, al llegar a esa parte me quede sorprendida por la
narrativa y la descripción hecha, simplemente me dejo sin palabras, en ese
momento atravesaba una etapa complicada, la cual me llevo a pensar en muchas
cosas, y me llevo a acuñar la siguiente frase Entre Mi Cerebro Y Mi Corazón Se Encuentra El Séptimo Círculo Congelado
Del Infierno.
En ese momento creía
que no había mejor manera de definir la relación entre lo que dice la razón y
lo que dice el sentimiento, siempre he pensado que se desarrolla una batalla a
campo abierto donde alguno de los dos será herido de muerte y simplemente morirá
solo, normalmente es el corazón al que le toca hacer este papel, peor con el
tiempo también me di cuenta que no siempre es así, k a veces es más un dialogo diplomático
donde alguno de los dos se retira voluntariamente de la campaña para evitar el
derramamiento de sangre y una vez más lo hace el corazón.
Pero ¿Qué pasa cuando
es la razón la que muere desangrada y solitaria en el medio de la nada? ¿Qué
pasa cuando es el cerebro quien simplemente decide dejar la taza de café a
medias y retirarse del lugar? sin más ni más ese juego de la vida, ese juego
del amor que te deja sin más ganas de apostar, sin más ganas de seguir en el
juego, ¿alguien sabe lo que pasa en ese momento? Saber que la razón se va,
verla alejarse lentamente sin despedirse mientras el corazón simplemente se va detrás
de ella, al darse cuenta que los dos son uno mismo, que se necesitan y se
complementan.
Así cuando vi mi
corazón muriendo en soledad y mi razón se iba caminando hacia él para intentar
alentarlo, simplemente los dos murieron juntos por un segundo, un instante después
un Dragón apareció en mi vida y me enseño que entre mi razón y mi sentimiento
no hay un congelador. Gracias.